Sister M. Joseph Nugent, dear companion of Sister Francis Creedon and one of the foundation stones of Newfoundland Mercy, died on June 17, 1847. She was born in Ireland but emigrated to Newfoundland with her family in 1833, the same year that the Presentation Sisters came to St. John’s. Shortly after their arrival, she entered that community but left after two years because of poor health.
Over the next several years she devoted herself to caring for her brother’s children and translating Greek and Latin classics. The Sisters of Mercy arrived in St. John’s in June of 1842 and sometime later that year she entered the community. The Presentation Archives noted that she had “at last found her true home.”
Professed at Presentation Convent as a Sister of Mercy in March of 1843, she entered fully into the life of the sisters – teaching in the first Mercy school and visiting /caring for the sick and abandoned. She was Sister Francis’ only companion when Sisters M. Ursula and Rose returned to Ireland in November1843 and the two became familiar figures on the roads and alleyways of St. John’s. and at St. John’s Hospital (near present-day Victoria Park). It was here that Sister M. Joseph contracted typhus when counselling and caring for a young seaman in great physical torment and spiritual anguish. After two weeks of terrible suffering from the dreaded disease, she died on June 17, 1847 and was buried with other plague victims in the Long’s Hill area of St. John’s.
Let us give thanks for this generous, courageous and compassionate woman of Mercy who lived the ideals of Mercy and by her full-hearted ministry gave so much to so many in need of comfort and compassion.
La Hermana M. Joseph Nugent, querida compañera de la Hermana Francis Creedon y una de las piedras fundacionales de la Misericordia de Terranova, murió el 17 de junio de 1847. Nació en Irlanda, pero emigró a Terranova con su familia en 1833, el mismo año en que las Hermanas de la Presentación llegaron a San Juan. John’s. Poco después de su llegada, ingresó en la comunidad, pero la abandonó al cabo de dos años por problemas de salud.
Durante los años siguientes se dedicó a cuidar a los hijos de su hermano y a traducir clásicos griegos y latinos. Las Hermanas de la Misericordia llegaron a San Juan en junio de 1842 y ese mismo año ella entró en la comunidad. Los Archivos de la Presentación señalaron que «por fin había encontrado su verdadero hogar».
Profesada en el Convento de la Presentación como Hermana de la Misericordia en marzo de 1843, entró de lleno en la vida de las hermanas – enseñando en la primera escuela de la Misericordia y visitando/cuidando a los enfermos y abandonados. Fue la única compañera de la Hermana Francis cuando las Hermanas M. Ursula y Rose regresaron a Irlanda en noviembre de 1843 y las dos se convirtieron en figuras familiares en las calles y callejones de San Juan y en el Hospital de San Juan (cerca del actual Victoria Park). Fue allí donde la hermana M. Joseph contrajo el tifus al aconsejar y cuidar a un joven marinero sumido en un gran tormento físico y angustia espiritual. Tras dos semanas de terribles sufrimientos a causa de la temida enfermedad, murió el 17 de junio de 1847 y fue enterrada junto con otras víctimas de la peste en la zona de Long’s Hill de St.
Demos gracias por esta generosa, valiente y compasiva mujer de la Misericordia que vivió los ideales de la Misericordia y, con su ministerio de todo corazón, dio tanto a tantos necesitados de consuelo y compasión.